Corría el año de 1542, el Virreinato de la Nueva España tenía apenas siete años de haberse creado, pese a haber transcurrido más de dos décadas de la caída de Tenochtitlán, los españoles libraban cruentas batallas a lo largo de todo el territorio, por imponerse a los pueblos indígenas que se negaban a entregar su territorio a los conquistadores. Ese mismo año, un grupo de colonos buscaba un asentamiento definitivo para la capital de la Nueva Galicia.